La empresa farmacéutica líder Pfizer produce sildenafilo, reconocido mundialmente bajo la marca Viagra. Este medicamento está destinado principalmente a combatir la disfunción eréctil (DE) y ha revolucionado la salud sexual de los hombres desde su introducción.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. ha autorizado el uso de sildenafilo, Viagra, sólo en varones mayores de 18 años. Esta aprobación se deriva de numerosos estudios que validan la eficacia, seguridad y tolerabilidad del fármaco en el tratamiento de la disfunción eréctil.
El sildenafilo, el componente activo de Viagra, aumenta el flujo sanguíneo al pene, facilitando la mejora del rendimiento sexual. Para ello, relaja las células musculares de los vasos sanguíneos que irrigan el pene, lo que permite aumentar el flujo sanguíneo.
La estimulación natural ayuda además a Viagra a restaurar la función eréctil alterada.
Aunque está aprobado para hombres mayores de 18 años, el perfil típico del usuario de Viagra se sitúa en torno a los hombres de mediana edad. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha producido una notable afluencia de hombres más jóvenes que recurren a este medicamento, a menudo debido a barreras psicológicas como el estrés y la ansiedad sobre el rendimiento sexual.
Para los hombres que padecen disfunción eréctil, el Viagra es una ayuda crucial para el rendimiento sexual. Sin embargo, en el caso de los hombres más jóvenes sin disfunción eréctil, su uso suele estar relacionado con la superación de barreras psicológicas. Aunque puede ofrecer un alivio temporal de la ansiedad por el rendimiento, la dependencia del Viagra puede inducir una dependencia psicológica, que podría ser perjudicial a largo plazo.
Aunque la Viagra suele ser segura para la mayoría de los hombres mayores de 18 años, su uso en hombres sanos no mejora necesariamente la erección y podría tener efectos secundarios relacionados con la salud. Además, no se han demostrado efectos secundarios o problemas de salud a largo plazo derivados del Viagra, pero eso no descarta por completo posibles complicaciones. Algunas personas abusan de la Viagra sin tener disfunción eréctil, lo cual no es recomendable y puede ser arriesgado, sobre todo si se tienen en cuenta las posibles complicaciones al comprar el medicamento sin la receta adecuada.
De forma alarmante, las pruebas anecdóticas sugieren que el uso indebido recreativo de Viagra está aumentando, especialmente en combinación con sustancias como el nitrato de amilo, el éxtasis y el cannabis. Tales combinaciones pueden provocar efectos secundarios graves, lo que subraya la necesidad de precaución y uso responsable.
Numerosos estudios a corto plazo (1 año de duración o menos) han demostrado de forma convincente la eficacia, seguridad y tolerabilidad del sildenafilo en el tratamiento de hombres con disfunción eréctil. Sin embargo, en hombres sanos sin DE, la mejoría no es significativa y podría venir acompañada de efectos secundarios injustificados.
Los hombres más jóvenes utilizan cada vez más Viagra y su homólogo, Viagra Connect, como una forma de seguro antes de compromisos sociales, como una salida nocturna. Esta tendencia refleja una creciente falta de confianza en su capacidad sexual y la necesidad percibida de un aumento del rendimiento.
El aumento del consumo de Viagra entre los hombres más jóvenes apunta a un problema más profundo: la disminución de la confianza en su capacidad sexual. La Viagra se percibe más como una inyección de confianza que como una necesidad médica, lo que podría fomentar la dependencia y enmascarar problemas psicológicos subyacentes.
Han surgido plataformas en línea como Numan, Hims & Roman para facilitar el acceso a consultas y recetas de Viagra. Aunque estas plataformas ofrecen comodidad, existe la posibilidad de que se abuse de ellas, sobre todo entre los hombres jóvenes.
A pesar de la facilidad de acceso y la aparente eficacia de la Viagra, deben fomentarse las opciones de tratamiento sin fármacos, en particular para los hombres más jóvenes. Abordar las causas profundas, como las barreras psicológicas, puede ofrecer soluciones más sostenibles que la dependencia de la medicación.
En conclusión, aunque el Viagra ha demostrado ser un tratamiento seguro y eficaz para la disfunción eréctil en varones mayores de 18 años, su uso entre varones jóvenes y sanos debe considerarse cuidadosamente. El potencial de abuso, la dependencia psicológica y los efectos secundarios desconocidos a largo plazo subrayan la importancia de un uso adecuado y de explorar tratamientos alternativos.